miércoles, 18 de octubre de 2017

                                                 El bullying de mi infancia
 
   Cuando tenía 12 años mis padres me cambiaron de escuela, yo pensé que iba a ser todo como antes.
 
  Remeras, zapatillas,jeans. Pero no, cuando cruzé la puerta de mi nueva escuela lo único que vi fueron mil ojos mirándome. Al principio no entendí por qué, pero luego me percaté de que era la única que iba vestida "normal", según mi punto de vista. Las chicas vestían remeras, shorts y plataformas. Empecé a escuchar susurros, secretos, risas dirigidas a mí. Se estaban burlando, y yo lo sabía.
 
   Los días transcurrieron y las risas e insultos siguieron. Incluso un día, cuando llegué al colegio, entré al aula y fui hasta mi banco; encontré toda la mesa escrita con insultos.
 
   A la hora de almorzar siempre me sentaba sola, porque nadie quería sentarse conmigo. Medio año pasó y siempre creí que era yo la que estaba mal, pero luego entendí que yo podía vestirme como yo quisiera, y que eran los demás quienes no debían juzgarme por tener mi propia personalidad.

jueves, 31 de agosto de 2017

La Flama de la Venganza


-¡Tío, contanos una historia! dijeron mis sobrinos.
-“Bueno, les contaré la historia de mi amiga Lucy y mi hermana Melanie”.

  Conocía a Lucy desde que tenía dos años, crecimos juntos en Haxby porque era mi vecina. Hasta que se mudó cuando teníamos doce. El día anterior pasó algo que me marcó para el resto de mis días.
Estábamos sentados en el patio de mi casa, mirábamos las estrellas y las nombrábamos una por una. Lucy sugirió que comiéramos, teníamos hambre.Entramos para buscar algo, pero no había nada. Le dije que fuéramos al supermercado juntos, pero ella decidió quedarse.
Estaba volviendo a mi casa, cuando de pronto, oí unos gritos de auxilio: era Lucy. Corrí lo más rápido que pude hasta que la encontré cerca de mi casa, asustada. Caminó hacia mí y empezó a llorar. Luego vi lo que había detrás de ella: mi casa estaba en llamas, fuego por doquier, arrasando con todo a su paso... Y entonces, recordé: Melanie. Tenía que entrar a ver si estaba allí, pero cuando llegué, era muy tarde. La casa se había derrumbado. No sabía qué hacer, entré en pánico, grité por ayuda lo más fuerte que pude, pero nadie parecía escuchar. No podía creer que mi hermanita probablemente estuviera muerta. Vinieron los bomberos y apagaron el fuego.
Al día siguiente, nos mudamos a otra casa, sin Melanie y con Lucy a miles de millas de distancia.

- ¿Ya terminó la historia tío?
-No, queda mucho que contar.

Cuando cumplí los dieciséis años, decidí ir a una universidad cerca de Haxby. Mientras estaba en la fila esperando para inscribirme, me encontré con Lucy. Ella había visto una casa en el mismo terreno de mi anterior hogar y me ofreció quedarme allí. Acepté.
Unas semanas después de que ingresamos a la universidad, empezaron a sucederle cosas extrañas mientras estaba sola: se empezaron a quemar objetos por toda la casa. Al principio, no sucedía tan seguido, pero con el correr de las semanas, era constante. Todos los días, Lucy me decía que cuando yo no estaba, se convertía en un infierno. Contaba que parecía que la casa la odiaba, que se quería mudar conmigo a otro lugar. Lo curioso era que nada ocurría cuando estaba yo. No veía una razón por la que hubiera que mudarnos. Estaba asustado por Lucy: se estaba volviendo loca.
  
Unos días después, Lucy me contó que escuchaba voces, que la culpaban de haber matado a Melanie.
  Al día siguiente vio que se reflejaba el rostro de mi hermana en los espejos. Hasta que un día llegué a casa y Lucy empezó a llorar y a decir que lo sentía, que no podía ocultarlo más.
Me contó que ella: había matado a mi hermana. Estaba celosa de su aspecto, de su risa, de cómo yo la miraba con amor y admiración, de cómo pasaba los días enteros con Melanie y no con ella. Así que Lucy prendió una vela y la dejó caer, quemando la alfombra que cubría el piso de nuestra casa. Las lágrimas que había llorado aquella noche y los gritos de agonía habían sido falsos.
De pronto, se cortó la luz y la oscuridad llenó el lugar. Prendí una vela y la sostuve en frente de mí, pero noté algo extraño: Lucy no estaba. De repente, una luz salió de mi cuarto y, sin siquiera darme cuenta, estaba subiendo las escaleras hacia esa horrible habitación. Abrí la puerta con mi mano temblorosa y pude ver una silueta oscura en el cuarto débilmente iluminado. Acerqué la tenue luz y  vi a Lucy en una lúgubre esquina. Estaba arrodillada en el suelo, todo su ser temblaba y su cabello negro estaba suelto, cubriendo su rostro. Lo alzó dejando a la vista sus ojos y murmuró:

“No puedes salir de aquí ahora que sabes la verdad”

Sus ojos antes negros se inyectaron con sangre, de su espalda brotaron grandes patas negras que se clavaron en el piso con un fuerte estruendo. Tenía unas enormes y filosas garras en sus manos y pies. Su cuerpo había crecido y algunos filamentos negros salieron de el, y se adhirieron a ella hasta cubrirla completamente. De su boca, salieron grandes colmillos. Parecía una pesadilla. Pero no era de verdad ella era un monstro
Empecé a correr lo más rápido que pude, pero escuchaba los pasos del “monstruo” que me seguían. Tenía tanta adrenalina en mi cuerpo que no sentía el dolor cuando chocaba contra las paredes. Tenía que detenerla. Entonces me di vuelta y, cuando el monstruo se abalanzaba sobre mí, arrojé la vela que llevaba en mi mano. Su cuerpo empezó a quemarse lentamente y, mientras Lucy agonizaba, volvía a su forma humana. Antes de que se quemara por completo, apagué el fuego, dejando a Lucy inconsciente en el piso. Y la lleve a un hospital, y sobrevivió
     
  Tenía que tomar una decisión, no podía seguir viviendo así. Decidí mudarme y dejar a Lucy en Haxby. Me transferí a la universidad Xavier en Estados Unidos para terminar de estudiar.

-“¿Y qué pasó con Lucy, tío Frank?” preguntaron mis sobrinos.

-“Dicen que ronda por Haxby atormentando a sus habitantes.”

sábado, 6 de mayo de 2017

   

                                                          Blancanieves, la vagoneta

  Había una vez una bella princesa llamada blancanieves. Un día, la maldastra le dijo: "Hoy tenes que ir a limpiar la casa de los enanos", pero ella se negó. Porque le encantaba mirar televisión y jugar a los viseo juegos. Mas tarde la maldastra vio que estaba mirando televisión y entonces, la retó y le dijo:"Anda a limpiar la casa de los enanos" Ella se negó nuevamente y decidió irse de la casa.

   Caminado por el bosque, se encontró con los enanos, quienes le preguntaron: - "¿Por qué no viniste a nuestra casa a limpiar?"-"No quiero trabajar más, prefiero mirar televisión y comprar vídeo juegos"- respondió ella. Más tarde volvió a su casa: La maldastra estaba sentada en el sillón: Le pregunto la maldastra muy enojada "Así que decidiste quedarte mirando televisión y no ir a trabajar"?, Blancanieves se quedo muda, tomó aire y le dijo: "Si decidí eso". La maldastra le respondió "no vas a tener plata para pagar todo lo que consumís" . Y así fue, Blancanieves se quedó sin trabajo, sin plata y empezó a tener deudas.

   
    Con el tiempo, Blancanieves se dio cuenta de que estaba equivocada, y decidió volver a trabajar a la casa de los enanos. Toco el timbre, salio uno de los enanos y le dijo "si que necesitas", ella contesta -"quiero volver a trabajar acá porque no puedo pagar nada, no tengo plata" , el enano la acepta, empezó a trabajar, fue feliz y pudo pagar todo lo que debía.